sábado, 7 de diciembre de 2013

EDITORIAL. "Soy médico, no creo en el sindicalismo y sí soy de AMYTS", por Cristobal López-Cortijo


Dr. Cristobal López-Cortijo.
Parece una paradoja que un miembro de la directiva de un sindicato no crea en el sindicalismo. Y sin embargo es cierto.

Los médicos no nos destacamos especialmente por nuestro sentido reivindicativo, bebemos de las fuentes históricas de la profesión liberal y cultivamos el individualismo desde tiempos de Hipócrates.
Pero los tiempos están cambiando. La progresiva socialización de nuestra profesión, y las injerencias en nuestra práctica clínica de otros muchos colectivos no sanitarios, que desde la capacidad que les otorga el poder político influyen e incluso determinan en gran parte nuestra labor profesional, han hecho que el médico pase a ser un trabajador más, dentro del sistema sanitario y precise por tanto de la ayuda de las instituciones de representación, entre otras los sindicatos.

Yo mismo descubrí esta necesidad, cuando, joven médico adjunto de hospital, participé en las huelgas que nuestro colectivo le planteó al antiguo INSALUD a principios de los años 90. En aquel momento surgió en mí la conciencia de que necesitábamos unirnos para defender nuestras justas demandas laborales y, sobre todo, profesionales. Pero ni yo , ni muchos de nosotros, ni siquiera en aquel momento, percibimos a los sindicatos como una necesidad en nuestra profesión. Recuerdo que tras esa huelga, de mayor o menor éxito, recibí la visita de los delegados del sindicato convocante con la propuesta de que formara parte de su organización, y tuve que manifestar mi desacuerdo con la labor sindical y plantear mi negativa a la propuesta (¡¡¡¡ vamos, yo un sindicalista, ni hablar!!!). Y así me mantuve unos años, en mi digna individualidad.

A principios de los años 2000 a raíz de las transferencias sanitarias en Madrid, surgió un movimiento espontáneo en tres centros sanitarios del norte de Madrid, entre otros el mío de Puerta de Hierro, formado por médicos de a pie que se sentían heridos por el sistema, e intentaban vertebrar una respuesta organizada de los médicos y titulados superiores para defenderse. De este germen surgió ASHOMYT como asociación profesional, y pronto no tuvimos más remedio que convertirnos en un sindicato, pues ésta es la única forma de representación colectiva eficaz en este país.

Desde el principio pusimos unas normas a los miembros, que los alejaran de los cantos de sirena del sindicalismo al uso: teníamos que mantener nuestro trabajo sin liberaciones, independencia política, financiación propia, etc. Desde entonces la singladura de nuestra asociación ha sido larga. Nuestra presencia en los hospitales de Madrid se amplió, posteriormente, nos unimos con Médicos de Madrid formando FEMYTS y conseguimos una mayor representación en los Centros de Salud y Hospitales de Madrid; la última etapa, ya como AMYTS, nos ha llevado también a otros colectivos de médicos y titulados superiores y nos ha abierto las puertas de los nuevos hospitales públicos y privados que han ido surgiendo en nuestra Comunidad.

AMYTS es un sindicato, no hay ninguna duda al respecto; pero con una vocación mucho más exigente, aspira a convertirse, junto a las instituciones que tengan la misma vocación, en la Asociación Profesional que represente a los médicos en todas sus vertientes y órgano de negociación de cualquier tipo de proyecto o normativa con las Administraciones del Estado. Nuestro referente es el General Medical Council, pues nuestra tarea no pretende otra cosa, al fin y al cabo, que "… proteger, promover y mantener la salud y seguridad de la población, por medio de la consecución de unos estándares apropiados en la práctica de la Medicina", estándares que sólo pueden garantizarse con unas condiciones adecuadas de ejercicio profesional.

Por eso creo en AMYTS y me declaro antisindicalista. Nosotros no abandonamos a nuestros pacientes, todos seguimos trabajando día a día , apenas una decena de entre nosotros se dedican de forma exclusiva a la labor de representación. Nosotros nos financiamos por nuestros propios medios, sin subvenciones ni ayudas de la Administración. Nosotros nos preocupamos por las reivindicaciones laborales de nuestros compañeros, pero también de los temas profesionales y científicos. Nosotros creemos en el médico como mejor referente de la gestión clínica. Estamos abiertos a cualquier cambio que tenga al médico como actor de su propio trabajo.


Soy médico, y soy de AMYTS porque aúna todas las condiciones necesarias para defendernos y representarnos, sin ninguna doble intención.

Dr. Cristobal López-Cortijo Gómez de Salazar,
Vicepresidente de AMYTS