La presidenta de Castilla-La Mancha,
María Dolores de Cospedal, ha anunciado que, "gracias a
los ahorros que se han generado por una gestión eficiente",
el Gobierno que preside "no va a privatizar ningún hospital"
de la región, aunque ha advertido de que no va a renunciar "a
modernizar los modelos de gestión".
Esta información de un Gobierno del Partido Popular (PP) contrasta mucho con la posición
asumida en la Comunidad de Madrid, también gobernada por el PP, de desprecio (por ningún aprecio) al compromiso
profesional que se ofreció en la misma dirección.
El Gobierno de Castilla-La Mancha
anunció a principio de la presente legislatura su intención de recurrir a la
participación del sector privado en la gestión de los hospitales de
Almansa, Villarrobledo, Manzanares y Tomelloso "para
salvaguardar la continuidad y supervivencia" de los mismos, ya
que en su opinión entonces eran "inviables".
Dos años después, Cospedal ha
adelantado que "gracias al enorme esfuerzo llevado a cabo estos
años debido a una gestión sobria y eficaz por parte de la
Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales, Castilla-La Mancha no va a
privatizar ningún hospital".