Dr. Javier López de la Morena |
Resulta
bastante inverosímil asumir la situación que estamos viviendo en la
Sanidad madrileña. La administración autonómica, ante la
disminución de las partidas presupuestarias impuestas desde el
Gobierno (del mismo signo político), intenta ajustar sus “dineros”
con una norma, mal llamada Plan de Sostenibilidad, que aplica
drásticas rebajas en uno de los sectores más sensibles de la
sociedad madrileña. Es difícil de entender que, con las medidas
propuestas, se pueda mantener el mismo nivel de calidad que se venía
dando hasta el inicio del demoledor Plan.
Pero, a pesar de la
gravedad de lo que se plantea, lo realmente disparatado del “Plan”
es la clara apuesta por el cambio de modelo sanitario con la
“externalización” (privatización sin reservas) de los 6
hospitales (“joyas de la corona” del partido gobernante como un
buen caladero de votos) y 27 Centros de Salud, que irían a parar a
empresas privadas cuyo objetivo principal es el negocio. Y aquí sí
hay una gran diferencia que nuestras autoridades autonómicas
pretenden ignorar: la sanidad pública tiene como único objetivo la
prevención, la curación y los mejores cuidados a los ciudadanos,
sin olvidar algo que garantiza la excelencia de estas premisas, y es
la capacidad investigadora y la formación de los futuros
profesionales, sin lo cual el futuro de la Sanidad Madrileña corre
un serio peligro.
Por
otra parte, admitiendo la perentoria necesidad de ahorrar en vista de
la mala situación económica que atravesamos, cabría esperar
recortes drásticos en su abultada, cara e ineficaz gestión
administrativa, con eliminación de empresas públicas deficitarias,
desaparición de los múltiples asesores en cada parcela de las
administraciones, eliminación de gastos suntuarios y eventos que
supondrán un aumento del gasto imposible de entender en la situación
actual. En resumen, se trataría de mantener el Sistema Sanitario
Público madrileño en el lugar que se ha conseguido poner en las
últimas décadas, mientras que prácticamente todos los cambios que
se pretenden introducir van a producir un enorme deterioro de la
calidad de la asistencia en nuestra Comunidad.
Reducir
el
análisis
de
asunto
tan
complejo
a
una
cuestión
de
fe,
dados
los
escasos
datos
aportados
por
la
Consejería
de
Sanidad
(rebatidos
analizando
sus
propios
presupuestos,
por
Amyts
y
varias
organizaciones
más),
nos
retrotrae
a
tiempos
superados.
Se
ha
demostrado
ampliamente
que
la
propuesta
privatizadora
no
es
una
cuestión
de
ahorro,
sino
más
bien
de
ámbito
ideológico,
y
así
parece
que
lo
asume
el
Gobierno
de
la
CM.
Pero
si
observamos
las
movilizaciones
y
presiones
que
se
vienen
ejerciendo
desde
todos
los
sectores
de
la
sociedad
madrileña,
podríamos
afirmar
que
la
actuación
de
este
Gobierno
es
un
suicidio
político
y
un
enorme
desastre
para
la
sanidad
de
la
Comunidad
de
Madrid.
Porque
nunca
se
había
pronunciado
con
tanta
contundencia
la
sociedad
civil,
y
aquello
que
se
hizo
pensando
en
arrebatar
votos
al
contrincante
político,
se
percibirá
como
una
de
las
mayores
manipulaciones
realizadas
en
nuestra
joven,
sufrida
e
inexperta
democracia.
Todos
coincidimos en la necesidad de reformar nuestro sistema sanitario, y
estamos dispuestos a colaborar en su mejora, pero sin consenso no es
posible. Produce cierta tristeza ver como un país capaz de hacer una
modélica transición política, al cabo de unos pocos años se
encuentre incapacitado para aunar esfuerzos y anteponer los intereses
generales a los partidarios. ¿Acaso no queda nadie en los partidos
políticos que piense generosamente en el bienestar de nuestra
sociedad como acción política prioritaria? Esto sustituiría al
pensamiento único del “ya sabemos lo que queréis, puesto que por
eso nos habéis votado”.
Finalmente,
pediría a los responsables políticos madrileños que rectifiquen,
que piensen en el importante papel institucional que ostentan, y que
recuerden que sus decisiones repercuten en las personas (por cierto,
mucho más importantes que los mercados).
Fco.
Javier
López
de
la
Morena