sábado, 18 de enero de 2014

CON FIRMA. ¿Lo lograremos?, por Joaquín Pérez Argüelles

Dr. Joaquín Pérez Argüelles.
Hace unas semanas, el Dr. Cristóbal López-Cortijo firmo una editorial que titulaba: “SOY MÉDICO, NO CREO EN SINDICALISMO Y SOY DE AMYTS”.

Lo que dice nuestro compañero en ese editorial, en cuanto al título se refiere, creo que es compartido por la mayoría de los afiliados de nuestra organización y, respecto a la no creencia en el sindicalismo, podemos hacerlo extensivo a la mayoría de los profesionales médicos.


Considero necesario hacer una muy breve historia del origen “sindicalismo médico”. Este nació en 1920 en Catalunya con el objetivo de defender los derechos laborales, profesionales y sociales de los médicos. A mediados de los años 70 se inició en Madrid un movimiento de los médicos interinos, que eran la mayoría de los ejercientes, y que posteriormente dio lugar a diferentes acciones que culminaron con la creación de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), a la que pertenece desde su origen la organización profesional de Madrid, hoy AMYTS.

Desde el primer momento, la idea de los promotores de CESM era tener un marco de negociación propio, que permitiría defender los objetivos con los que nació el “sindicalismo médico” a través de de un posible Convenio Especifico con los profesionales que, respetando al resto de colectivos, facilite la participación en las políticas sanitarias, como actores principales poseedores del conocimiento técnico, introduciendo nuevos cauces de representación y negociación con los facultativos sanitarios.

Pero el modelo español, en lo que a representación concierne, nos viene obligando a superar cada cuatro años un examen, como son las elecciones sindicales, en las que nos vemos obligados a participar a pesar de que nuestro colectivo profesional, en cuanto a números de trabajadores en el SNS, esta en minoría con respecto al resto del personal, y a pesar de esta situación venimos superando, proceso tras proceso, el porcentaje exigido para tener representación en la famosa “MESA SECTORIAL”, que es el marco de negociación que contempla la Ley.

Si bien este foro ha venido teniendo resultados positivos para nuestro colectivo, a día de hoy, el Gobierno de la Comunidad de Madrid lo ha marginado sustituyendo su objetivo, que es la negociación, por lo que viene haciendo a todos los niveles que es la imposición, algo a los que nos tiene acostumbrado su partido en la Asamblea de Madrid al aplicar un rodillo posibilitado por la mayoría que ostentan sin respetar la legalidad vigente, aunque parece ser que la judicatura les ha obligado a cuestionar su comportamientos como consecuencia en el anómalo proceso de externalización de hospitales .

La última agresión a nuestra representación han sido las declaraciones del Consejero de Sanidad, Sr. Ferrnandez-Lassquety que ha venido a decir que sobran los sindicatos y que los interlocutores para las negociaciones serán las organizaciones profesionales. ¿Será que les sobran todos aquellos que no les dan la razón y cuestionan sus decisiones?

Considero que declaraciones de este tipo están fuera de lugar, y a pesar de ello los profesionales médicos le instamos a que modifique su comportamiento y si de verdad quiere negociar con organizaciones profesionales, debe de tener en cuenta que AMYTS es la organización profesional representativa de los médicos madrileños.

Si al Sr. Consejero le sobran las organizaciones sindicales, ¿por qué no recurre al Gobierno Central para modificar una ley que beneficia a las centrales sindicales de clase, tan cuestionadas por su Gobierno? ¿Será posible que un movimiento que nació con la idea de tener un foro de negociación propio, como funciona en el resto de Europa, vea logrado su objetivo con los Sres. González y Fernandez-Lassquety?.


Joaquín Pérez Argüelles,
secretario de FEMYTS