Victoria Velasco Sánchez, médico de familia, responsable de Salud Laboral de AMYTS, se pregunta en este artículo: ¿Olvido? No nos hemos hecho esta pregunta hasta que la crisis institucional vivida en los últimos meses en la sanidad ha puesto en evidencia tensiones en el entorno laboral y se han generado conductas que no favorecen el bienestar en el trabajo.
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¿Prudencia? A pesar de que es un tema candente, la precariedad laboral y el miedo existente a perder el puesto de trabajo hacen que muchos médicos renuncien a denunciar un problema que puede llegar a ser muy significativo para su salud física y psíquica.
¿Minusvaloración? En los últimos años, el acoso psicológico en el trabajo o mobbing está siendo reconocido como un creciente problema en el ámbito laboral. De ser un tema poco estudiado, ha pasado a ser considerado una línea de investigación actual desde finales de los años 90.
El acoso psicológico no debe entenderse como un fenómeno estático, sino como un proceso escalar gradual en el que la persona objeto de acoso se enfrenta a agresiones que crecen en intensidad y frecuencia 2. Las víctimas de acoso se encuentran con inseguridades para defenderse durante el desarrollo del proceso, pues existen diferencias de poder, ya sean reales o percibidas, entre las partes 3.
Acercándonos a estos conceptos, una definición que nos ha llamado la atención por la cercanía a las condiciones laborales de los profesionales sanitarios en los últimos meses la sugiere la investigadora finlandesa Denise Salin4, quien se refiere al acoso como un conjunto de "comportamientos negativos repetidos y persistentes hacia uno o más individuos, que implica un desequilibrio de poder y crea un ambiente de trabajo hostil".
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