Dr. Francisco Miralles Jiménez |
La
Medicina
es
una
profesión
dedicada
a
velar
por
la
vida.
Los
médicos
somos
esos
profesionales
altamente
cualificados
que
dedicamos
nuestra
labor
profesional
al
mantenimiento
de
la
salud
de
los
ciudadanos.
Somos
los
responsables
de
establecer
un
diagnóstico
acertado
basado
en
criterios
científicos
y
de
marcar
las
pautas
de
un
tratamiento
que
mitigue
el
sufrimiento
o
sane
la
enfermedad
que
padece
su
paciente,
con
el
que
establecemos
una
relación
de
confianza
y
respeto
mutuo,
y
en
el
que
está
centrado
nuestro
compromiso,
por
encima
de
cualquier
otro
interés
social,
económico,
político
o
particular.
El
médico
también
participa
en
la
prevención
y
la
promoción
de
la
salud.
La
Medicina
es,
además,
una
ciencia
que
nunca
duerme.
Los
avances
científicos
están
en
constante
evolución
y
los
facultativos
tienen
la
obligación
de
estudiar
y
someterse
a
formación
continuada
a
lo
largo
de
toda
su
vida
laboral,
actualizando
sus
conocimientos
y
garantizando
a
sus
pacientes
que
su
grado
de
responsabilidad
y
competencia
está
siempre
en
los
niveles
de
excelencia
que
se
les
exige.
Y
eso
que
también
es
la
profesión
que
más
años
de
formación
requiere
para
poder
dedicarse
a
ella:
más
de
una
década
de
formación
académica
y
práctica
clínica
que
dobla
al
periodo
formativo
de
cualquier
otro
profesional
de
cualquier
otro
ámbito,
aprendiendo
a
trabajar
en
equipo
y
adquiriendo
los
valores
éticos
que
conlleva
el
ejercicio
de
de
esta
profesión.
Pues
bien,
nosotros
creemos
que
una
profesión
tan
marcada
necesita
de
un
profesionalismo
también
muy
desarrollado.
El
conjunto
de
condiciones
del
ejercicio
profesional
exige
que
las
organizaciones
que
lo
representan
sean
fuertes
e
independientes
y
defiendan
la
identidad
específica
de
un
colectivo
cuya
labor
afecta
al
buen
funcionamiento
del
sistema
sanitario.
Un
profesionalismo
sustentado
en
la
autorregulación
profesional
y
anclado
en
la
independencia
de
sus
organizaciones
(cada
una
desde
el
ámbito
y
competencias
que
le
corresponda),
que
actúe
cada
vez
más
como
un
lobby
para
conseguir
logros
que
no
solamente
beneficien
al
colectivo,
sino
también
a
los
pacientes
y,
en
definitiva,
al
conjunto
de
la
sociedad,
que
es
en
definitiva
a
la
que
nos
debemos.
El
Médico
está
bien
reconocido
por
los
ciudadanos,
como
se
encargan
de
poner
de
relieve
cuantas
encuestas
de
opinión
pública
se
hacen
al
respecto.
Pero
para
las
administraciones
y
otras
organizaciones
y
sindicatos
somos
unos
privilegiados
sobre
los
que
está
justificado
que
caiga
la
guadaña
de
los
recortes.
Es
en
este
contexto
donde
CESM,
único
Sindicato
Profesional
Médico
e
Independiente
a
nivel
nacional,
encuentra
su
razón
de
ser,
que
es
la
de
defender
las
condiciones
laborales
y
económicas
del
ejercicio
de
la
medicina,
en
el
bien
entendido
de
que
sólo
unos
profesionales
dignamente
tratados,
y
con
los
mejores
medios
a
su
alcance,
pueden
brindar
a
los
pacientes
la
atención
que
se
merecen.
La
unión
a
la
que
alude
el
término
de
“sindicato”
es
ahora
más
imprescindible
que
nunca.
Y
dentro
de
ese
ámbito,
los
Médicos
de
Madrid
tienen
su
propio
Sindicato
profesional
sólido
e
independiente,
AMYTS,
que
debemos
tratar
de
cohesionar
con
otras
organizaciones
profesionales
médicas,
especialmente
con
los
colegios
y
sociedades
científicas,
cosa
que,
como
antes
decíamos,
es
bueno
siempre
que
las
competencias
de
cada
una
estén
claras.
Una
CESM
con
representatividad
propia,
que
pueda
estar
en
los
ámbitos
de
negociación
que
sean
necesarios,
necesita
sindicatos
autonómicos
como
el
madrileño,
capaces
de
caminar
sin
apoyos
que
puedan
condicionar
o
implicar
el
pago
de
facturas
posteriores.
De
esta
manera
podrá
y
sabrá
impulsar
el
profesionalismo
médico
de
la
mano
de
otras
organizaciones,
como
ocurre
en
el
Foro
de
la
Profesión
Médica,
donde
CESM
está
representada
junto
a
los
colegios
médicos
y
las
sociedades
científicas,
a
fin
de
formar
un
trípode
(al
que
se
añaden
además
los
estudiantes
y
los
decanos
de
las
Facultades
de
Medicina)
que
nos
permita
abrirnos
paso
por
territorios
siempre
soñados
pero
muy
difíciles
de
conseguir
si
no
es
con
la
unidad
y
determinación
del
conjunto
de
la
profesión.
Nada
que sea factible es imposible cuando hay detrás una profesión unida
que sabe lo que quiere. Y el sindicalismo médico “AMYTS-CESM” no
es otra cosa que la punta de lanza para avanzar en ese camino.
Francisco
Miralles Jiménez
Secretario
General de CESM
* Francisco
Miralles
Jiménez (Bayarque,
Almería,
1959),
fue
elegido
secretario
general de la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) en
el
XI
Congreso
Nacional celebrado en junio de 2012. Especialista
en
Medicina
de
Familia,
fue
presidente
del
Sindicato
Médico
de
Murcia
con
tal
sólo
38
años,
y
tras
un
periodo
dedicado
a
la
secretaría
de
Acción
Sindical,
volvió
a
ser
elegido
para el
cargo
en
2004
y
hasta
la
actualidad.
Presidió
también
el
Sector
de
Atención Primaria
de
CESM
desde
2009
hasta
junio
de
2012.
Es uno de los impulsores del
Foro
de
Médicos
de
Atención
Primaria.