Dra. María José Barrera Gómez. |
Por supuesto, la mayoría de los médicos tenemos las mismas titulaciones y especialidades que los médicos de la Consejería de Sanidad. Digo la mayoría, porque podría trabajar en nuestras plazas cualquier médico sin especialidad ya que nuestro nivel es 9, es decir, de médico no especialista. La Administración se ampara en que la Unión Europea solo prohíbe que se trabaje sin especialidad en los Sistemas Nacionales de Salud, al que nosotros no pertenecemos... para lo que les conviene, para darnos un nivel salarial inferior, porque para todo lo demás ya veremos como sí pertenecemos a dicho Sistema. Vamos, que el médico encargado de la salud de las personas mayores y de las personas con discapacidad intelectual puede tener un nivel 9 mientras que los que atienden al resto de la población deben tenerlo de 10, con la diferencia también de salario que esto supone, ¡claro!
Pero además, según nuestro gerente, atendemos a unas personas con tantas patologías asociadas y que requieren tantos cuidados que no han tenido más remedio que aprovechar el aumento de jornada a 37 horas y media para aumentarnos el número de jornadas anuales de 7 horas: es decir, que trabajamos los sábados y en algunos casos hasta los domingos y festivos, pero como pasa con el nivel (9 en lugar de 10), a pesar de atender a una población con tantos problemas de salud, los días de fiesta percibimos el mismo suplemento salarial que las auxiliares de clínica, unos 20 euros por día trabajado de fiesta.
Para ser justos debo decir que nuestro coordinador médico asistencial nos dio hace unos días una grata noticia: las plazas de nueva creación tienen el nivel 10. Como en los chistes, ahora viene la mala noticia: los que llevamos trabajando 20 años seguimos con el 9 y su correspondiente retribución. No sé si reírme o ponerme a llorar.
También, en honor a la verdad, hay que decir que los médicos de residencias de mayores cobran carrera profesional a cambio de unas contraprestaciones: guardias localizadas para acudir a firmar a cualquier hora del día y la noche certificados de defunción, o si hay algún problema judicial o de salud pública. Estas “contraprestacioncillas”, por supuesto y como gusta actualmente decir la gente, “de gratis”. Lo más raro es que los médicos del mismo SRBS, pero que atienden a personas con discapacidad intelectual, no tienen concedida dicha carrera profesional a pesar de llevar 15 años reclamando dicho derecho. ¿Por qué? Eso nos gustaría saber a nosotros, pero la diferencia es de unos 400-600 euros al mes. Desde luego los sindicatos de clase tienen mucha culpa y siempre se han negado, alegando que “a todos los trabajadores o a ninguno”. No dijeron esto cuando subieron el nivel salarial a los educadores (formación profesional) al nivel salarial 7 (como el de las enfermeras, fisioterapeutas y terapeutas ocupacionales), es más, lo pidieron ellos.
Vamos con el asunto de si somos o no somos del Sistema Nacional de Salud, porque para cobrar y exigencia de nivel administrativo no, pero para hacer recetas y peticiones de pruebas complementarais sí, exactamente las mismas que los médicos de Atención Primaria del SERMAS. Entramos en AP Madrid y podemos pedir analíticas, pruebas de imagen y hacer partes de interconsulta. Ah, se me olvidaba, tenemos sello de prescriptor y todo, con CPF en lugar de CIAS para reconocernos. La pena es que las pruebas de imagen no las podemos ver, pero bueno, no pasa nada, ya nos las apañamos para que nos llegue el informe por FAX o vayan a recogerlo los familiares o algo así. Los partes de interconsulta los hacemos codificando el diagnóstico según AP Madrid, después de haberlo codificado ya en nuestra Historia (HIRE) en otro programa informático, exclusivo del SRBS, según CIE 9. Muy cómodo.
Solo nos queda un consuelo, NOSOTROS SOMOS VERDADEROS MÉDICOS DEL SERMAS, los que aprobamos hace años las oposiciones de médicos laborales fijos de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales de la CAM. Solo tuvimos mala suerte. Primero, por la escisión de la Consejería en dos, y nosotros, por haber elegido una determinada plaza en lugar de otra, quedarnos en la de Asuntos Sociales. Después, por las transferencias de sanidad; pero como estábamos en la Consejería equivocada, no pudimos disfrutar de los beneficios que se obtuvieron. Y, por último, y por si el resto no bastara, por la incomprensión y la falta de respeto, por no decir desprecio, de nuestro trabajo por parte de los sindicatos de clase y de los políticos que nos han tocado en suerte.
Mª José Barrera Gómez
Médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
CADP Getafe