domingo, 19 de octubre de 2014

ACTUALIDAD. El Hospital de Villalba comienza, sin fastos ni pompa, su actividad

El nuevo Hospital General de Villalba comenzó el jueves, 16 de octubre, su actividad con 716 pacientes citados, 566 en consultas externas y 150 para realización de pruebas. Incluido en la red pública sanitaria madrileña pero con gestión privada asignada a IDC, este hospital inicia su andadura con una apertura de forma gradual, tal y como informa la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid.

El jueves empezaron a funcionar 13 consultas: Alergia, Cardiología, Dermatología, Digestivo, Hematología, Pediatría, Ginecología, Geriatría, Neumología, Neurología, Nefrología, Cirugía General y Oftalmología, además de Radiología, Laboratorio y Extracciones; y el viernes se abrieron las de Endocrinología, Cirugía Maxilofacial, Cirugía Pediátrica, ORL, Traumatología, Reumatología, Rehabilitación, Urología y Medicina Interna. El 27 de octubre se abrirán Fisioterapia, Cirugía Mayor Ambulatoria, UCI, Cirugía con Ingreso y Hospitalización Programada. El 30 de octubre se pondrán en marcha Urgencias, el Bloque Obstétrico y Neonatología. Y el 31 de octubre iniciará su actividad el Hospital de Día.

El nuevo centro, que da cobertura a 110.000 habitantes de Villalba, Alpedrete, Cercedilla, Moralzarzal, Los Molinos, Collado Mediano, Becerril y Navacerrada, está gestionado por Ibérica de Diagnóstico y Cirugía (IDC), la antigua Capio, con la que el Gobierno regional ha firmado un contrato por 1.817 millones de euros durante 30 años (60,5 millones por ejercicio). Con una inversión prevista de 108 millones de euros, la adjudicación del hospital de Villalba contempla “la gestión de la atención sanitaria especializada y los servicios no sanitarios complementarios”, ha señalado el viceconsejero de Asistencia Sanitaria, Javier Maldonado.

La anécdota de su puesta en marcha ha sido la suspensión del acto de inauguración que estaba previsto para el lunes día 13 de octubre. El Gobierno regional decidió prescindir de la "pompa y los "fastos", según interpretaban diversos medios de comunicación como EL BOLETÍN, para evitar nuevos reproches de la ciudadanía en torno a la gestión de la alerta por el virus del ébola y la nefasta política de comunicación de la Consejería de Sanidad.