domingo, 11 de mayo de 2014

CON FIRMA. "El demonio de Laplace", por Pablo Martínez Segura

Pablo Martínez Segura.
Los actos de hoy son la consecuencia del pasado reciente y la causa del futuro inmediato. Esta es la razón por la que el análisis de la realidad a través del análisis de la mayor información disponible, es la herramienta clave para la definición de estrategias en empresas, instituciones y corporaciones.
 
El físico y matemático francés Pierre-Simon Laplace (1749-1827), partiendo de la hipótesis de que todo lo que existe en el universo respondía a las leyes de la mecánica de Newton, imaginó la existencia de un ser excepcional, conocido como “demonio de Laplace”, que, disponiendo de toda la información, conocería segundo a segundo cada hecho de la historia, desde el principio de los tiempos, la ubicación de cada partícula y la opinión de todas las personas.

Entre los físicos, la mecánica cuántica y la teoría del caos han venido a introducir el azar que rompe el determinismo o a establecer que, aunque las ecuaciones de Newton determinen el futuro, es imposible resolverlas con precisión
 
Demonio del mercurio alquímico, en el libro "Della trasmutatione metallica", Giovani Battista Nazario, Brescia, 1589.


Para los analistas de la información, nuevos buscadores del demonio de Laplace, este principio de incertidumbre limita los resultados de su trabajo. En la actualidad sanitaria de la Comunidad de Madrid ocurren muchas cosas, muy aceleradamente y todas a la vez (renuncia a la privatización de nuevos hospitales públicos por parte del Gobierno regional, políticas de contención del gasto sin criterios clínicos, escasez de plantillas, maltrato de los recursos humanos e hiperprecarización del empleo de los más jóvenes, recuperación ofertas de mejoras laborales comprometidas en 2007 e ignoradas desde entonces, politización de gestores, obsolescencia de instalaciones, desinversiones en el mantenimiento de las mismas, derivaciones a la sanidad privada sin agotar las posibilidades del los recursos propios, presiones liberalizadoras, etc.).

No existe demonio capaz de controlar tanta variable dinámica. Se impone la búsqueda de la cordura; es decir, del diálogo y la subsiguiente negociación entre la Administración y los profesionales sanitarios para remar juntos en la misma dirección, que no debe ser otra que el aprovechamiento de los recursos disponibles y buscar la mejor atención posible de los pacientes.

Pablo Martínez Segura, periodista e historiador,
director periodista de la Revista Madrileña de Medicina