Noche
del 31 de diciembre: cena con la familia, las 12 uvas y el cava,
fiesta con barra libre entre amigos, posibles nuevos romances y
churros con chocolate antes de irse a dormir. Pero la ciudad no se
detiene por completo...
Médicos y enfermeros, limpiadores, taxistas o
barmans trabajan para que Madrid sea una fiesta y no un funeral.
Algunos de los profesionales a los que les toca trabajar esta
Nochebuena han contado a MADRILÁNEA -revista on line del MásterABC-Universidad Complutense de Madrid- sus experiencias laborales en
otras Nocheviejas y expectativas para la de este año, marcado por la
crisis.
Para Gloria Torres, médico del Servicio de Urgencia Médica
de Madrid (SUMMA 112) y delegada de AMYTS, la patología más
simbólica de esta fecha es la «social»: la que deriva en una
crisis de ansiedad por vivir esta noche sin nadie a tu lado.
Inevitable, también, la visita al hospital de personas afectadas por
“la ingesta de alcohol, drogas o el empacho” propias de estas
fechas. En estos 25 años como médico del SUMMA 112, Gloria Torres
recuerda con especial tristeza el día en que vivió muy de cerca la
muerte de un joven de 21 años al ser atropellado cruzando la
Nacional V para ir al centro comercial Xanadú con sus amigos, apenas
unos minutos después de haberse tomado las uvas con sus padres. Le
conmovió mucho atenderlos psicológicamente en el tanatorio. Su
hija, de la misma edad, estaba en ese mismo momento disfrutando la
Nochevieja con sus amigos.
La
médico del SUMMA 112 aclara que no recibe prima económica, sólo se cobra como víspera de festivo.