Es cierta la
afirmación de que hay que “dormir bien para vivir mejor” (por
eso nos preocupamos tanto del sueño). Pero también es cierto que
hay que aprender a “vivir bien para dormir mejor”. En el caso de
los niños es muy importante tener este aspecto en cuenta, pues las
pautas relacionales disfuncionales que observamos entre los padres y
el niño durante el día, se repiten por la noche y acaban
produciendo problemas del sueño.
Vamos a ver los principios de la
terapia de conducta y algunas de las técnicas que nos aporta ésta
para el tratamiento de los problemas del sueño, así como los
problemas de conducta durante la vigilia, ya que es muy importante
tratar ambos conjuntamente, pues obedecen a unas estilos de crianza y
a unas cogniciones paternas que hay que cambiar para obtener un mejor
resultado.
La terapia de
conducta se basa en el principio de que la conducta se emite
libremente, pero que está regulada por las consecuencias de dicha
conducta; de manera que si las consecuencias son positivas, la
conducta tenderá a repetirse, y si las consecuencias son negativas,
dejará de hacerlo. Una conducta operante puede tanto añadir
estímulos, como retirar estímulos. Las consecuencias serán un
aumento o una disminución de la FRECUENCIA de esa conducta. Cuando
felicito a mi hijo por hacer bien la tarea, estoy realizando una
“conducta operante”, porque he añadido un estímulo
(felicitación) para conseguir aumentar la “frecuencia” de la
conducta (hacer bien los deberes)15.
* MATERIAL RESERVADO PARA AFILIADOS A AMYTS. PARA SEGUIR LEYENDO PICHAR AQUÍ.
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