Julián Ezquerra |
Los
recortes sanitarios, y la repercusión de éstos en la
situación laboral
de los médicos, motivan la entrevista que CINCO DÍAS realizó a Julián Ezquerra, secretario general
del
sindicato mayoritario de los médicos, AMYTS. El diario
económico recuerda que “intentó
por todos los medios que el Gobierno de Esperanza Aguirre no incluyera
a los
médicos en el recorte salarial del 3,3% que este martes
aprobó la Asamblea de
la Comunidad de Madrid para todos los funcionarios madrileños,
pero no lo
logró. Aun así, no se rinde. Ezquerra anuncia nuevos
paros si la remuneración
de los médicos sigue bajando.
No
es muy normal que los médicos se movilicen. ¿Qué
les llevó a esa
situación?
Decidimos
realizar los paros cuando la situación en la Comunidad de Madrid
se hizo insostenible. Desde 2008, veníamos denunciando que los
facultativos
estábamos sufriendo caídas importantes en la
retribución. En los últimos cuatro
años, el médico ha perdido entre el 28% y 30% del
salario. El Gobierno de
Madrid pretendió en esta última reforma un descenso
incluso mayor al del resto
de los funcionarios, del 5,5%, aunque finalmente se estableció
el mismo recorte
máximo, de hasta el 3,3%. El problema es que nosotros ya hemos
perdido desde
comienzos de año una media del 6% de nuestro sueldo por el
aumento de la
jornada laboral de 35 a 37,5 horas, lo que hace que nuestra
remuneración haya
caído más del doble que el resto de los funcionarios
madrileños.
¿Y
por qué les afectó al salario el aumento de la jornada?
En
la mayoría de los funcionarios públicos, este cambio
supuso hacer dos
horas y media más de jornada, pero en el caso de los
médicos se hizo una
aplicación diferente que se tradujo en trabajar lo mismo, pero
cobrando 200
euros mensuales menos gracias a la eliminación de guardias o
jornadas de tarde.
Hay que tener en cuenta que, en sanidad, un médico que trabaja
más significa
mayor gasto. No nos gustó, pero a cambio conseguimos
contrapartidas
importantes.
En
total, ¿cuánto han perdido de poder adquisitivo?
Dependiendo
de la retribución de cada médico, la nueva cuantía
puede llegar
hasta los 141 euros mensuales, lo que sumado a los 200 euros de antes,
la
rebaja estatal que se hizo en 2010 más las congelaciones
salariales y el hecho
de que en Madrid se ha paralizado la carrera profesional del
médico, la pérdida
de poder adquisitivo ha sido importante.
A
cambio, ¿qué contrapartidas han conseguido?
Primero,
que los miles de médicos eventuales que llevan con contratos de
un
mes o dos meses siguieran trabajando hasta el 31 de diciembre de 2012.
También,
que todas las oposiciones pendientes, por las cuales aproximadamente
2.500
médicos estaban en fase de convertirse en fijos, no se
paralizasen y además se
alcanzó un primer acuerdo para facilitar la movilidad del
personal de un lugar
a otro. Incluso se llegó a un compromiso con la
Administración por el cual si
se producía una rebaja salarial del Estado o la región,
había que revisar la
aplicación de las 37,5 horas, pero ahora no quieren entrar en
eso, cuando esta
medida ha originado un caos tremendo.
Con
esta última rebaja, también han perdido algunos
derechos...
Sí,
se han puesto en marcha medidas exclusivas para el personal
médico, que
afectan a los acuerdos de 2007. Se cambia el derecho que
permitía a los médicos
de 55 años dejar de hacer guardias a cambio de participar en
unos módulos de
actividad complementaria y así poder mantener su
retribución por acuerdos
puntuales del facultativo con la dirección del centro.
Igualmente, se elimina
el incentivo que los médicos cobran por hacerse cargo de los
pacientes de un
compañero y se quita la libranza del lunes cuando se trabaja el
domingo.
¿Qué
reivindican ahora?
Primero,
revisar la aplicación de las 37,5 horas, pero también
poner en
marcha el acuerdo que alcanzamos en 2007 y que suponía que todo
el personal
eventual contratado que estuviese más de dos años en esa
situación debería
hacerse personal interino. Además, pedimos un convenio colectivo
para los
nuevos hospitales.
Si
no lo consiguen, ¿qué harán?
Desde
el 20 de junio no hemos vuelto a recibir una llamada de la
consejería
para iniciar la negociación. Seguimos a la expectativa, pero
mientras tanto
anunciaremos medidas de presión.