Algunos medios informativos profesionales se han echo eco de los problemas de puesta en marcha de la obligatoriedad de la prescripción por principio activo. GACETA MÉDICA, del 11 de noviembre, recogió la opinión de AMYTS, expresada por nuestro compañero el Dr. Ezequiel Arranz.
Según explicó: "solo aquellos centros en los que está instalado el programa AP-21 están preparados para la prescripción por principio activo. En cualquier caso, este sistema también requiere una modificación, de manera que la instauración será "progresiva y paulatina". Hasta que esté preparado, el médico seguirá prescribiendo por nombre comercial o principio activo, según convenga al profesional, aclara.
El portavoz del sindicato
se queja de que la falta de soporte informático impide que el médico
sepa qué marcas están al mismo precio que el medicamento por principio
activo más barato, lo que hace que se cometan errores en la
prescripción, que tampoco son subsanados en la farmacia, donde el
profesional debería sustituir la marca por ese otro medicamento. La
opción más fácil acaba siendo devolver la receta a la consulta, con el
paciente "de un lado para otro", lamenta el facultativo.
Arranz
critica que la descoordinación supone una sobrecarga para ambos
profesionales, pero también para los especialistas. Aunque se trate de
una incidencia puntual, subraya, hay pacientes que requieren una
medicación específica que no ha bajado de precio y el sistema
informático impide que el médico pueda justificarlo como una excepción,
de ahí que tengan que remitirle de nuevo al especialista para que sea
este quien valore si existe algún problema en realizar el cambio en la
prescripción".