El Dr. Javier López de la Morena, intensivista del Hospital Ramón y Cajal, nos ofrece la siguiente reflexión: "Dada
la dispersión de criterios utilizados para aplicar un aumento de
jornada, dirigido fundamentalmente al ahorro, replantear su
aplicación es necesario para evitar los agravios a los que se ha
sometido a gran parte del colectivo médico. Parece imprescindible,
para una aplicación más equitativa, revisar los resultados
obtenidos durante estos meses y valorar la cuantía del ahorro
durante este tiempo"(...)
Javier López de la Morena. |
(...) "En definitiva, se podría decir que aplicando la norma de la manera más sencilla es decir, aumentando en media hora diaria la jornada que se venía realizando, la normativa hubiera sido más justa y en la práctica más fácil de poner en marcha. En
cuanto al ahorro que se quería conseguir, a costa del trabajo
médico, también habría sido mejor el descuento generalizado
proporcional en todas y cada una de las categorías médicas. Con
ello se seguiría cargando las tintas en el colectivo más castigado,
pero no existirían agravios comparativos entre los diferentes
sectores médicos.
En
consecuencia, nos parece importante valorar la aplicación de esa
normativa de acuerdo con los principales actores, quienes deberían
tener voz directa con la Administración con lo que se evitarían los
conflictos que generan normas poco meditadas y caóticamente
implantadas. Dicha valoración otorgaría unas herramientas de
trabajo tanto a la administración como a los profesionales que
redundarían en una organización más acorde con los postulados
científicos y mucho más generadora de ahorro. Para ello, se
deberían estudiar conjuntamente las necesidades reales de la
población, alejándose de criterios de política demagógica que
solo produce rentabilidad a los partidos políticos (en su período
de gobierno y sean del signo que sean), dándole al médico las
herramientas necesarias para hacer su trabajo en las mejores
condiciones posibles, condición “sine qua non” para que el
profesional médico trabaje con la mayor eficiencia.
En
esta continua insistencia que llama desesperadamente al
entendimiento, que va en contra de manejos y componendas ajenas a la
verdadera razón del servicio sanitario que es la atención al
enfermo. No siempre la abundancia de centros cubre las expectativas
de una población a la que se estimula para que utilice cuanto guste
los servicios sanitarios, se le aproxima los centros de salud,
generando una excesiva utilización del sistema y una sobrecarga
asistencial excesiva. Aun así, la sociedad no valoraría
positivamente dicho sistema sin el aporte científico y humano de
los profesionales.
Tenemos
un sistema sanitario público en cierto modo, modélico, que ha sido
capaz de llegar a un nivel de excelencia comparable con los países
de nuestro entorno. Sin embargo, estamos viviendo unos momentos donde
las decisiones económicas imperan sobre otros criterios y afectan a
sectores muy sensibles, por débiles, de la población debido a los
brutales recortes realizados en sanidad que no solo afectan al
salario de los profesionales, van a afectar de manera importante a la
salud de la población. Las protestas que en muchas ocasiones,
protagonizan los médicos se ven azuzadas por la inacción de los
gobernantes ante focos ineficientes de la propia Administración
sobre los que no se toman ningún tipo de medidas. No se eliminan
consejerías, se mantienen dietas, prebendas mercados de influencias,
incumplimiento de las leyes, etc., que distorsionan el posible
acatamiento que en situaciones como esta debería sentir todo
ciudadano que se precie.
Los
médicos como parte importante de la sociedad a la que pertenecen,
padecen la crisis en sus salarios, en sus condiciones de trabajo y en
el deterioro de la relación con sus pacientes. Las quejas por las
medidas implantadas de medicamentos no financiados, copago, etc.,
junto con la exclusión de algunos colectivos de la asistencia
pública hacen difícil la comunicación. Por todo esto es necesario
que el colectivo médico tenga un espacio de negociación propio que
promueva el entendimiento y la mejor puesta en marcha de las medidas
que proponen los gobernantes.
Es
imposible introducir cambios que afectan a la mayor parte de la
sociedad sin contar con todos los que las van a padecer. Sería
razonable conseguir el mayor consenso posible ante una situación tan
desesperada, habría que apelar al espíritu de la transición para
trabajar todos en la misma dirección, sin fisuras. De esta manera el
ahorro vendría de todos los sectores y se podría preservar la
sanidad, como baluarte de una sociedad que aún cree en ella misma y
un país que todavía puede ofrecer al resto de Europa una gran
excelencia en muchas facetas de su actividad, entre ellas la
sanitaria".
Javier López de la Morena