aprobado por la organización el pasado 21 de enero tras meses de elaboración a cargo de un grupo de trabajo interautonómico coordinado por el vicesecretario general Tomás Toranzo.
Las líneas básicas del documento mismo son que la adscripción a las unidades de gestión clínica debe ser voluntaria, que se respetará en todo caso la relación contractual y los derechos adquiridos y que han de implantarse unos incentivos económicos no vinculados al ahorro.
Las conclusiones, expuestas al final del documento al modo de decálogo son las siguientes:
1.- Dependencia de las Gerencias. Carencia de personalidad jurídica propia.
2.- Respeto, en todo caso, de la relación jurídica contractual del personal sanitario, que podrá acceder a cualquier iniciativa de Gestión Clínica en centros de gestión directa o indirecta, sin precisar modificación de tal relación jurídica.
3.- Implicación de los profesionales tanto en la gestión clínica como en la gestión de recursos, lo que obliga necesariamente a diseñar un proceso de adhesión voluntario.
4.- Respeto de los derechos adquiridos del personal.
5.- Impulsar una organización basada en los procesos asistenciales, lo cual supone diversos grados de complejidad, desde la Unidad de Gestión hasta Áreas funcionales interdisciplinarias, que incluyen integración intercentros e interniveles, con modelos organizativos internos participativos, sencillos y eficaces.
6.- Liderazgo bien definido, con selección transparente, basada en la igualdad, mérito, capacidad y publicidad, alejada de servidumbres políticas, con proscripción de la libre designación, y adecuada al tipo de Gestión Clínica (Asistencial médica, Cuidados de Enfermería etc.).
7.- Contrato de gestión comprensible, asumible, realista y posible.
8.- Autonomía de Gestión real que implica un soporte, apoyo absoluto, constante y leal de Gerencias, áreas de gestión económica, administrativa, logística, admisión y documentación, con sistemas de información de costes y asistenciales, accesibles y fiables, que permitan una evaluación y un control periódico y permanente.
9.- Incentivos económicos vinculados al grado de cumplimiento de objetivos, nunca al ahorro del presupuesto pactado.
10.- Diseño específico para la Atención Primaria en función de sus características peculiares.
Las líneas básicas del documento mismo son que la adscripción a las unidades de gestión clínica debe ser voluntaria, que se respetará en todo caso la relación contractual y los derechos adquiridos y que han de implantarse unos incentivos económicos no vinculados al ahorro.
Las conclusiones, expuestas al final del documento al modo de decálogo son las siguientes:
1.- Dependencia de las Gerencias. Carencia de personalidad jurídica propia.
2.- Respeto, en todo caso, de la relación jurídica contractual del personal sanitario, que podrá acceder a cualquier iniciativa de Gestión Clínica en centros de gestión directa o indirecta, sin precisar modificación de tal relación jurídica.
3.- Implicación de los profesionales tanto en la gestión clínica como en la gestión de recursos, lo que obliga necesariamente a diseñar un proceso de adhesión voluntario.
4.- Respeto de los derechos adquiridos del personal.
5.- Impulsar una organización basada en los procesos asistenciales, lo cual supone diversos grados de complejidad, desde la Unidad de Gestión hasta Áreas funcionales interdisciplinarias, que incluyen integración intercentros e interniveles, con modelos organizativos internos participativos, sencillos y eficaces.
6.- Liderazgo bien definido, con selección transparente, basada en la igualdad, mérito, capacidad y publicidad, alejada de servidumbres políticas, con proscripción de la libre designación, y adecuada al tipo de Gestión Clínica (Asistencial médica, Cuidados de Enfermería etc.).
7.- Contrato de gestión comprensible, asumible, realista y posible.
8.- Autonomía de Gestión real que implica un soporte, apoyo absoluto, constante y leal de Gerencias, áreas de gestión económica, administrativa, logística, admisión y documentación, con sistemas de información de costes y asistenciales, accesibles y fiables, que permitan una evaluación y un control periódico y permanente.
9.- Incentivos económicos vinculados al grado de cumplimiento de objetivos, nunca al ahorro del presupuesto pactado.
10.- Diseño específico para la Atención Primaria en función de sus características peculiares.