
Sin tratarse de una opción satifactoria, ante la imposibilidad de incumplir un horario que ha sido fijado con rango de Ley por la Asamblea de Madrid, las únicas opciones posibles son una manifestación pública de disconformidad, pero tener que acatar la ley al ser la misma de obligado cumplimiento; o buscar a través de la negociación con la Administración la aplicación menos dañina para el colectivo médico y para la calidad de la asistencia. AMYTS ha optado por esta segunda vía y condiciona su expresión de conformidad a la norma, al cumplimiento por parte de la Consejería de Sanidad de los compromisos adquiridos.